En Canelones, Uruguay, se encuentra ubicada una planta industrial de un frigorífico multinacional que desempeña un papel crucial en la economía local y global. Diariamente, procesa una cantidad significativa de ganado vacuno, destinado tanto al consumo interno como a la exportación. Sin embargo, este proceso generaba un subproducto no deseado: efluentes ricos en materia orgánica que, de no ser tratados adecuadamente, podrían tener un impacto negativo en el medio ambiente.

Desafío
La antigua planta de tratamiento no tenía la capacidad suficiente para tratar el mayor volumen de efluentes que se generaría con el aumento proyectado de la producción. Se planteaba entonces el dilema de readecuar la planta de tratamiento existente o construir una nueva planta que permitiera el tratamiento adecuado del efluente, controlara los olores indeseados, redujera el aumento del volumen de líquidos a tratar generado por las lluvias y recuperara el gas metano, un gas de efecto invernadero, generado durante el tratamiento
en las lagunas en la fase anaeróbica.
Solución
SIGSA propuso una solución innovadora: la impermeabilización de todas las lagunas, desde las aeróbicas hasta las anaeróbicas, y la colocación de un sistema de cubiertas flotantes con capacidad de retención de biogás en estas últimas. De esta manera, el
biogás se conduciría desde las lagunas a través de tuberías de PEAD hasta una planta
de quemado de biogás. Este enfoque no solo contenía la liberación de metano, sino que también permitía su reutilización como fuente de energía.
Impacto
El cliente logró tratar eficientemente los efluentes con alta carga orgánica y, al mismo tiempo, reducir su dependencia del gas natural. Esto resultó en una disminución considerable de los costos operativos y un avance significativo hacia la sostenibilidad ambiental. La planta de Canelones se convirtió en un modelo a seguir en la industria, demostrando que la responsabilidad ambiental y la viabilidad económica pueden ir
de la mano.